jueves, 14 de febrero de 2013

SEVILLA

Sevilla tiene un color (y un calor) especial. 
Y ahora piensas..."Ufff!! Si, que calor debe hacer en Sevilla, siempre lo dicen en la tele. ¿A quien se le ocurre viajar allí en verano?" 
A nosotros NO, fuimos a principio del mes de Febrero de 2012. Ola polar, siberiana o como fuese, invadía el país. Hacía más frío que si hubiésemos ido al polo norte en aquel momento. Bueno, tampoco exageremos, pero frío hacía aunque en las fotos brille el sol.

Volamos de nuevo con Ryanair  ERROR!!! Después de leerlo Iván, republico la entrada. Fuimos en Iberia, el me whatssappea: para una vez que vamos a lo pijo! jajajja. Pues eso, allá que fuimos en IBERIA un viernes por la tarde, aterrizando en la ciudad casi de noche.
Optamos por el autobús, que se coge en la misma puerta, para llegar al hotel. El precio del billete son unos 4€. Pero es eso, o irte en taxi.

Cuando te pones a pensar cosas de un viaje que quieres contar, te aparecen otras en la cabeza que no vienen al caso. He recordado que un hombre que llegaba tardísimo al AVE nos dijo de compartir taxi, pero casualmente llegó el autobús y todos fuimos en él. Que tontería!!! Pero es que a mi memoria y a mi nos cuesta volver un año hacia atrás.

Y llegamos en un plis plas, al Hotel Don Paco. Las habitaciones mucho mejor que el hall, que da una apariencia de que lleva años sin reformar, un 3 estrellas sencillito pero muy bien ubicado. No sabría decir a cuantos minutos a pie del centro, porque a unos 5 minutos tienes el Metropol, a unos 15 la Giralda, a unos 25 el Guadalquivir,.. y allí donde estés tienes cosas que admirar.

Por cierto! He de decirte, si si Iván, que se que lo lees, NO me volví loca antes de dejar las maletas. Todo fue perfecto, llegamos a la primera. Hay que repetir, que esto no es normal. jejejje

Dejamos las maletas y rumbo a la tapita. Primera parada a escasos 20 metros de la puerta del hotel, Taberna Peregil, unas cañitas y de fondo miles de virgenes, cristos,... y en la tele la semana santa.
De este sitio, me llamó la atención que en la barra con una tiza hacían rallitas (como en la cárcel cuenta los días un preso jeje) por las cañas que te pedías, para luego sacarte la cuenta. Solo le dejamos hacer dos rallitas, teníamos que descubrir la ciudad.

Pese al frío que hacía, empezamos a caminar hasta el Metropol Parasol. Moderno, diferente,... y rodeado de muchos barecillos donde estar calentito.
Poco llevábamos en la calle cuando elegimos un bar de esa plaza, La Traviesa, para ir abriendo boca. Tapas distintas, un poquito más elaboradas y bueniiiisimas. Si volvemos, repetiré visita!

Y llegó la hora de pasear en busca de un lugar para cenar, del cual no puedo decir el nombre. No lo recuerdo, ni guardé ticket. Solo recuerdo que era una callecita estrecha y que cenamos de pie en una barrita, unas gambas, chipirones y no se que más. Si no lo recuerdo es porque no se merece repetir jeje            
No viniendo al cuento: pasaban 4 amigos por la calle, 3 de ellos iban más adelantados con las manos en los bolsillos y riéndose a carcajadas de un cuarto que iba cargado con un mueble con el que casi no podía. Mucho reían pero ninguno le echó una mano. Que andaluces y guasones son.
No tardamos mucho en irnos a dormir, hacía frío y queríamos aprovechar el siguiente día a tope.

Amanecíamos en Sevilla, el sol brillaba pero no hacían más de 4-5 grados en la calle. Para nosotros que vivimos en invierno a unos 12ºC (aunque este está siendo muy caluroso) eso ya pasa a ser frío.
Caminamos hasta la Giralda y buscamos un lugar donde desayuno-almorzar. A pocos metros, en la calle Mateos Gago encontramos el Bar Campanario. Que chica más maja nos atendió! Con ella me llevé la impresión de que los andaluces, aunque no te conozcan, te cuentan su vida. Vuelvo a recordar cosas que no vienen al caso, como que nos contó que iba en bici a trabajar y se había cruzado con su vecino, y se le caía la lagrimilla del frío... tonterias!! ajajjaja


Ya teníamos el calorcillo del café en el cuerpo. En marcha!!
Primera parada: Reales Alcázares. En ese momento aún tenía 25 años y carnet universitario, por lo que mi entrada me salió por 2 euretes mientras que la normal vale 8,50€. (De esto aun tengo ticket! ;) )
Estilo islámico, mudéjar, gótico, renacentista y barroco forman parte de sus palacios, una pasada. Palmeras, naranjos,... sus jardines. Fuentes, pavos reales, ... Muy bonito para reportaje de boda.


Otra vez con calor en el cuerpo, seguimos visitando la ciudad.

Tocaba la catedral y por supuesto subir a lo alto de la Giralda, campanario de la misma. Vistas de toda la ciudad desde su parte más alta. Me sorprendió que no hubiese escaleras para llegar a lo alto, sino rampas. Esto era para poder subir a los caballos por ellas, y la verdad es que no se que prefiero.
Aunque odio tener que pagar en las catedrales, que la iglesia tiene mucha pasta, en la entrada estaba también subir a la Giralda. Y nos salió ná menos que por 8 eurazos (a mi 3 por estudiante). Yo creo que se pasan un poco, que eso equivale a 2 cervezas y tapa de las buenas. jejeje
De la catedral no hay mucho que decir, pues una catedral con sus ventanas ojivales, sus pinturas muy oscuras, y en el centro del altar mayor un retablo espectacular. Tiene órgano y multitud de capillas.
Eso si, tiene un patio lleno de naranjos que huele estupendamente, eso no lo tienen todas.


Visita a la Plaza de España, sin paseo en carro de caballos por el parque de Maria Luisa, que por muy romántico que sea vale una leña (unos 30€) y no me iba a relajar pensando que podría estar viendo nuevos rincones en lugar de estar ahí sentada. Muy colorida, y es que como brillaba ese solazo todo se veía mucho más bonito. Típica foto en el cuadro cerámico de tu ciudad, paseo por los jardines,...
De ahí salimos a las orillas del Guadalquivir (Pinocho fue a pescar al río Guadalquivir se le escapó la caña y pescó con la nariz...jajajja), caminando hasta la Torre del Oro y hasta La Maestranza. El museo no lo visitamos, tampoco somos tan taurinos como para pagar unos 6€ o así que valía y se hacía hora de comer.


Cruzamos el puente de Triana en busca de un lugar donde llenar la barriga. A orillas del río no encontramos un lugar que nos interesase, e indagamos un poco por las calles del barrio de Triana.
En la calle Pelay Correa, encontramos varios y nos decidimos por la Bodega siglo XVIII. Pedimos un menú de tapeo a compartir con cosas típicas, y exceptuando una espinacas hervidas con pimenton de nombre que no recuerdo, todo lo demás estaba muy bueno. Además de que el sitio tenía una decoración  y una atención muy sevillana.
Después paseamos por Triana, admirando sus santos, sus iglesias, sus estrechas calles y sus patios. En semana santa tiene que ser bonito vivir su emoción y sentimiento por la fiesta, ver salir a toda su gente al redoble del tambor.
Como era invierno anochecía pronto, por lo que volvimos de nuevo a la otra parte del río para seguir callejeando antes de que se pusiera completamente el sol, admirando los monumentos por fuera y aquellos que pudimos por dentro. Entramos al archivo de Indias, visitamos plazas, subimos al Metropol a ver la ciudad anochecer,... 


El tiempo se acababa en esta ciudad. Cenamos de nuevo en La Traviesa, ummm! que rico 
Paseamos con calma por última vez y a descansar.

A la mañana siguiente dejamos el hotel, después de desayunar cogimos un taxi camino al aeropuerto, unos veintipico euros. El taxista volvía a ser uno de esos sevillanos de carácter abierto, que dudo yo que haya alguno que no sea así, que nos contó un poco de su rara vida entre chirigotas que sonaban en la radio, ya que estábamos casi en carnaval. De nuevo, creo que es un detalle que a nadie interesa, pero ya está, ya lo he soltaó.

Y aquí acaba el primer viaje a Andalucia que hemos realizado juntos. Pero no será el último.
Me ha costado un poquito pero lo terminé.

Eehhh!! Que ya he caído en la cuenta que pongo demasiadas fotos y las estoy agrupando. ;)
Además:

En azul, los bares, enlace a webs de opiniones.
En gris, mis tonterías de mente demente.